Biografía de Viviana Perea
RECORRIDO
De origen argentino, Viviana F.S.PEREA comparte su profesión de Letras con su afición por el Arte. La instalación en Francia suscita en ella el despertar pictórico. En París, las conferencias impartidas por el Museo del Louvre y las clases de dibujo tomadas en Gif-sur-Yvette marcan el inicio de su actividad plástica. Las recurrentes visitas a museos y a muestras permanentes o temporarias constituyen un deleite además de ser un recurso continuo de observación y análisis. El establecimiento en Grenoble, capital de los Alpes franceses, en 1996, encauza con regularidad el trabajo artístico. La acuarela constituye desde entonces el centro de observación técnica. La asistencia al taller de Pauline WELTI entre los años 1997 y 2000 representa un período de ahondamiento en esta disciplina en el que la transparencia del color exige una adecuada dosificación del agua. Le siguen cursos en la Escuela de Bellas Artes de Grenoble y la concurrencia a los ateliers de Aline LAVASTE, entre los años 2003 y 2006, y de Evelyne TABOURET, desde septiembre de 2006 a la actualidad. En el taller de Cyrielle SORDI, 2008-2009, descubre el pastel, especialidad que continúa en 2009-2010, bajo la dirección de Laurent Laigneau. En este mismo período, en el Clos des Capucins, taller de expresión artística, abierto a la comunicación de técnicas, aprende con Pierre Fabry la importancia del dibujo realizado con pluma y tinta china. El estudio de variados lenguajes plásticos le permite expresar, a través del prisma figurativo, imágenes palpitantes de la realidad.
TRATAMIENTO
Las sugerencias de pintores allegados sobre la mejor explotación técnica de la acuarela o del pastel seco constituyen una fuente permanente de enriquecimiento. Pero otros artistas plásticos con altas cotas de reconocimiento histórico desatan también en ella olas de entusiasmo. La aguda percepción, magistral destreza pictórica y las atmósferas envolventes de J.M. William Turner (Reino Unido; 1775 – 1851); la soltura del gesto y los efectos lumínicos logrados por Edgar Degas (Francia; 1834-1917); la luz y dulzura de Joaquín Sorolla y Bastida (España; 1863-1923) o el hiperrealismo de Imán Maleki (Irán; 1976) constituyen, con tiempos y sesgos expresivos dispares, referentes de virtuosismo estético, espejo de sensibilidad, pericia y talento.
Consejos y estudios de obras artísticas marcan la indagación personal. La captación de la luz y la emoción que desprende una mirada, un gesto, un paisaje o la percepción de un objeto representan un propósito buscado en la ejecución de formas. La armonía cromática y el equilibrio de tonos cálidos y fríos estimulan también la construcción de la obra. La conjugación de estos elementos y la voluntad de imprimir un sello realista nutren la concepción del trabajo. La aspiración a incrementar el dominio técnico y a derramar sensibilidad en las imágenes origina un recorrido a la vez estimulante y de vastos desafíos. De allí que la factura de una pintura sea portal de nuevas producciones con reajustes operativos y remozadas búsquedas creativas; estudios, en suma, que a toda hora ilumina la pasión.
En Corenc, frecuenta entre octubre de 2010 y junio de 2011 el taller artístico de Marie Claire Moudru, miembro de la Sociedad Acuarelista de Francia. A partir de octubre de 2010 también, la concurrencia al atelier de Gilles Durand, otro distinguido miembro de la Sociedad Acuarelista de Francia, le abre nuevas perspectivas en la profundización de esta técnica artística. La asistencia al taller de Catherine Cottet en La Tronche, le ofrece, desde noviembre de 2011, un marco idóneo a la práctica del acrílico. El estudio de variados lenguajes plásticos le permite expresar, a través del prisma figurativo, imágenes palpitantes de la realidad.